En ocasiones se piensa que no hay nada malo con las finanzas, porque de una u otra manera se logra resolver cualquier imprevisto, pero ¿se está manejando de la mejor manera las finanzas personales? Por lo general, esto depende más de la capacidad de administrar los recursos correctamente que de la cantidad de dinero que…
En ocasiones se piensa que no hay nada malo con las finanzas, porque de una u otra manera se logra resolver cualquier imprevisto, pero ¿se está manejando de la mejor manera las finanzas personales? Por lo general, esto depende más de la capacidad de administrar los recursos correctamente que de la cantidad de dinero que se gana.
Los puntos de dolor en las finanzas
Se puede hacer una breve revisión para conocer el diagnóstico. Si una persona se siente identificado con alguno de los cinco puntos siguientes, probablemente sus finanzas estén pidiendo auxilio.
1. No tener claro cuánto se gasta mensualmente
Confiar en la memoria el registro de los gastos es la forma menos efectiva de controlar el dinero. Entre una compra y otra es fácil perder la cuenta y se termina gastando más de lo que de verdad se puede. Lo mejor, es llevar un registro detallado de todo lo que se gasta en un mes para poder detectar las fugas de dinero.
2. No alcanzar a cubrir todos los gastos fijos mensuales
Gastar más de lo que se tiene eventualmente llevará a no poder cumplir con los compromisos financieros. Definitivamente ese es un foco rojo para las finanzas personales. Es importante establecer prioridades, de modo que se asegure cubrir antes que todo, los gastos fijos.
3. No tener objetivos claros para el dinero
Cuando no se tiene una meta bien establecida es más difícil enfocar los esfuerzos para lograrla. Si las finanzas navegan sin rumbo, probablemente el dinero se vaya en pequeños gastos que harán sentir satisfacción a corto plazo, pero no en el futuro. Hay que plantear objetivos que puedan alcanzarse para darle una buena dirección a la economía personal y familiar.
4. No contar con un fondo para emergencias
Los gastos inesperados pueden convertirse en un desastre si una persona no se encuentra preparado para afrontarlos. Un fondo para emergencias permitirá salir adelante en situaciones límite: alguna enfermedad, un accidente o incluso un periodo de desempleo. Al no tener un amortiguador financiero, lo más probable es que la economía termine por derrumbarse ante una eventualidad.
Que las finanzas no se encuentren en su mejor momento no significa que no se pueda hacer nada para mejorarlas. Es momento de poner manos a la obra y darles ese impulso que necesitan para alcanzar las metas y tener un futuro más cómodo.